- REBELION DE TUPAC AMARU
Las reformas borbónicas , implementadas por Carlos III a fines del S XVIII,
con su afán centralizador y recaudador, significaron un aumento del trabajo y la
opresión de los indígenas.
En el Perú en 1780, un descendiente de los incas, José Gabriel Condorkanki,
tomó el nombre del último emperador de los Incas, Túpac Amaru, que había sido
asesinado por el virrey Francisco de Toledo, y encabezó una rebelión de
indígenas y mestizos contra el poder español. Querían poner fin a la brutal
explotación a la que eran sometidos ,desde hacia siglos, en minas, haciendas y
obrajes, por los españoles. El movimiento tuvo una enorme adhesión y se extendió
por una amplia zona que iba de Colombia a nuestro territorio. Miles de indígenas
se integraron al ejército libertador de Túpac Amaru que pretendía el fin del
dominio español y la devolución de la tierra americana a sus legítimos dueños
La rebelión obtiene sus primeros triunfos y Túpac comienza a aplicar un
programa revolucionario: devolución a los campesinos de sus tierras usurpadas,
anulación de la esclavitud y los servicios personales, como la Mita y el
Yanacpnazgo.
Asustados por la magnitud y el alcance de la rebelión de Túpac Amaru y su
ejército libertador, la Iglesia, el estado, los criollos y los europeos cierran
filas para enfrentar el peligro.
- INVASIONES INGLESAS
La Primera Invasion Inglesa
En junio de 1806 Buenos Aires fue invadida por una escuadra inglesa, al mando
del General William Carr Beresford, que tomó por sorpresa a los porteños. El
virrey Sobremonte se escapó de la ciudad rumbo a Córdoba sin poder salvar el
tesoro del virreinato que fue capturado por los ingleses.
Buenos Aires se había transformado en una colonia inglesa gobernada por
Beresford. La primera medida decretada por los británicos fue la libertad de
comercio. Para disimular también decretaron la libertad de imprenta y la
libertad religiosa. Mucha libertad pero seguíamos siendo una colonia. La mayoría
de la población valoraba estas libertades pero no quería a los invasores.
Tambien estaba indignada con la cobardía del virrey la ineficiencia de las
tropas españolas para defender la ciudad. Los porteños decidieron resistir.
El marino francés Santiago de Liniers se trasladó en secreto a Montevideo
para preparar la reconquista de Buenos Aires mientras que Juan Martín de
Pueyrredón preparaba tropas en los campos vecinos a la ciudad.
Liniers regresó de Montevideo con refuerzos y se unió a Pueyrredón. Juntos
lograron derrotar a los británicos el 12 de agosto de 1806.
El triunfo militar trajo consecuencias políticas. El pueblo se atribuyó el
mérito de la reconquista
Ante la ausencia del Virrey Sobremonte un Cabildo Abierto nombró a Liniers
jefe militar de la ciudad. Esta medida era claramente revolucionaria: el Cabildo
pasaba por encima de la voluntad del virrey.
Frente a la posibilidad de otra invasión, los vecinos decidieron formar
cuerpos militares llamados milicias. Los habitantes de la capital formaron el
cuerpo de Patricios; los del interior el de
Arribeños (porque eran de las provincias de arriba);
los esclavos e indios el de Pardos y Morenos. Por su
parte los españoles formaron las milicias de Gallegos, Catalanes,
Cántabros, Montañeses y Andaluces. En cada milicia los jefes y
oficiales fueron elegidos democráticamente por sus integrantes.
Entre los jefes electos se destacaban algunos jóvenes criollos: Manuel
Belgrano, Cornelio Saavedra, Domingo French, Antonio Beruti, Hipólito Vieytes,
entre otros.
La ciudad se militarizó pero tambien se politizó. Las milicias se
transformaron en lugares de discusión política.
Segunda Invasión Inglesa
No se equivocaban los porteños en prepararse militarmente. A fines de junio
de 1807 los ingleses insistieron. Esta vez eran 12.000 hombres al mando del
General Whitelocke. Pero Buenos Aires ya no estaba indefensa. Las milicias
estaban alertas y el alcalde de la ciudad Martín Alzaga, había organizado a los
vecinos para la defensa.
Cuando los ingleses pensaron que volverían a desfilar por las estrechas
calles porteñas, desde los balcones y terrazas fueron recibidos a tiros,
pedradas y torrentes de agua y aceite hirviendo. Entre sorprendidos y fritos,
los ingleses optaron por rendirse el 7 de julio de 1807.
Un poder cada vez más débil
Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y
que no podìa ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias. Los
habitantes de Buenos Aires, indignados por la actitud del Virrey Sobremonte,
desconocieron su autoridad y eligieron a uno de los lìderes de la reconquista
para reemplazarlo,Santiago de Liniers.
La Corona española aceptó su nombramiento como virrey provisorio en 1808.
Poco después se produjo la invasiòn napoleónica a España, la prisión de Fernando
VII y la asunciòn de José Bonaparte. Este hecho fue utilizado por el gobernador
de Montevideo, Javier de Elìo, para pedir la renuncia de Liniers, acusàndolo por
su orìgen francés, de ser un agente secreto de Napoleón. Liniers se negó y Elío
formó un gobierno independiente en Montevideo, desconociendo la autoridad del
virrey.
En Buenos Aires también habìa quienes desconfiaban del virrey francés. El 1
de enero de 1809, un grupo compuesto mayoritariamente por españoles, quiso
aprovechar las elecciones para el Cabildo para desplazarlo del poder. Las milicias criollas defendieron a Liniers quien
salió fortalecido de esta asonada. Las milicias españolas fueron desarmadas y
disueltas, los dirigentes de la conspiración, entre ellos Martín Alzaga fueron
detenidos y deportados.
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